Educere es un espacio de información, diálogo y debate que pretende fortalecer la participación democrática de la colectividad en la reflexión y desarrollo de la educación de nuestro País y en la construcción de una sociedad educadora en un marco intercultural.
domingo, 13 de diciembre de 2009
Pensando en voz alta
martes, 8 de diciembre de 2009
martes, 1 de diciembre de 2009
Docencia e inteligencia emocional (II parte)
lunes, 16 de noviembre de 2009
Docencia e inteligencia emocional
La Inteligencia Emocional (1)
viernes, 9 de octubre de 2009
¿FORMAR EN VALORES O FORMACIÓN ÉTICA?
Descienda al nivel del otro.” Epist. 11,4 San Agustín
La presente reflexión es un intento conceptual que quiere ser al mismo tiempo práctico en su lectura y de posible aplicación, cumplir con esta exigencia es sin duda una tarea difícil, tomando en cuenta la naturaleza del tema en cuestión. El tema de los valores cuyas raíces se desprenden de la filosofía nos conduce por caminos que en ocasiones puede llegar a confundirnos con relación a nuestros pensamientos y creencias, sin embargo, es necesario reflexionar, ya que esta es la herramienta por excelencia del ser humano, dejar se hacerlo es como negar nuestra propia existencia. Como educadores se hace necesario no sólo ser magníficos didactas o metodológos, sino que también tenemos que hacer producir nuestros pensamientos a través de la reflexión. Esta es una invitación a reflexionar y pensar sobre la importancia de formar en valores a nuestros estudiantes y una propuesta de cómo hacerlo.
I. ¿Por qué formar en valores hoy?
En los últimos 30 años como idea de tiempo atrás y con relativa exactitud, encontramos con mayor frecuencia la presencia de un tema de siempre: los valores y a su lado lo ético, lo moral y la educación de todos ellos. Es común ver a nuestras escuelas de todo tipo y dimensión como ofertan una educación que dice ser diferente a las demás, porque ellos anuncian con grandes carteles “que educan en valores”, esto no sólo se observa en Lima y está ampliamente difundido en todo nuestro País, se lee en Huancavelica, en Ayacucho, en Andahuaylas, así como en Arequipa, Trujillo, Iquitos; es decir, da la impresión que educar de esa “forma” resulta ventajoso e importante para padres y para las mismas instituciones, ¿Por qué?. Detengámonos unos instantes en analizar qué esta sucediendo. En los siguientes párrafos encontraremos algunas razones que así lo explican:
a. Problemática en contexto Mundial: es importante analizar que aunque muchas veces nuestras preocupaciones están centradas en nuestros estudiantes y en nuestras instituciones educativas, como personas y como País vivimos dentro de un contexto mundial que marca de manera permanente una significativa influencia sobre nuestros comportamientos individuales y sobre los comportamientos de las sociedades y grupos humanos.
i. Globalización: mucho se ha hablado al respecto, históricamente se dice que la globalización para nuestro continente se inicia con el Descubrimiento de América, a partir de ese momento, la influencia de un mundo culturalmente distinto se hace frecuente y se hace poderoso. En apenas medio siglo después ya se usaba otro tipo de vestimenta, un idioma distinto, formas de vivir los valores de manera distinta de las originales antes de esta penetración cultural. Para muchos se atropella un mundo y una cosmovisión que para los Europeos era ininteligible, lo mismo que nuestros pobladores originarios de América. Este fenómeno ha ido variando en sus formas pero sobre todo hoy en día ha variado en la velocidad de sus medios. Antes se tardaban meses para que la influencia llegara hasta estas tierras americanas hoy en día no tarda más que sólo segundos. Hoy la globalización no se circunscribe a un afán expansionista territorial, sino a un afán expansionista económico, comercial, cultural, moral. Este intercambio cada vez más rápido y abundante, es un intercambio desigual, porque no se da en equidad de condiciones. Son predominantemente algunas naciones poderosas económicamente quienes ejercen y aprovechan este fenómeno, mientras que los países menos poderosos económicamente poco o nada pueden hacer, son sujetos pasivos de esta avalancha destruyendo sus identidades. La globalización es un fenómeno real, pero con un sentido unilateral y con pocas probabilidades de ser justo y equitativo. Se manifiesta en todas las esferas del desarrollo: economía, educación, comercio, moral, etc. A partir de esta breve descripción podemos llegar a la conclusión entonces que la globalización es un factor influyente que gravita sobre nuestros esquemas de pensamiento, sobre nuestra forma de pensar lo humano y por supuesto sobre nuestra forma de pensar la educación que vivimos y que desarrollamos. La influencia de lo que ocurre en el mundo es algo que nos afecta y cada vez con mayor rapidez por los medios que existen hoy en día.
ii. Postmodernidad: La postmodernidad surge a partir del momento en que el occidente toma conciencia de que lo moderno ya no es válido, la modernidad se basa en la idea o ilusión del progreso a partir, sobre todo, de las posibilidades de la ciencia y la técnica. Este proyecto se viene a abajo con las dos guerras mundiales... No sólo se rechaza un tipo de pensamiento, sino un estilo de vida. De acuerdo a A. Simons sj (2000) señalaremos los siguientes rasgos:
- Esta época se caracteriza por un desencanto o decepción respecto de la razón, la razón como pensamiento fuerza se ha ido abandonando para ir cayendo en una visión pragmática y utilitarista no en beneficio de la humanidad sino en perjuicio de ella. Instrumentalizando al ser humano.
- El pensamiento es débil, vale decir sin ideas que den fuerza a la humanidad, que alimenten un motivo, un ideal de esperanza.
- Declara el fin de las utopías, las ideas de cambio que surgieron en la modernidad y que fracasaron como proyecto, han generado un desaliento y descrédito, hoy no se cree en utopías, en nobles ideales, en alcanzar la justicia, la igualdad o la fraternidad. No es de valor ni tampoco es juzgado como valioso el hecho de perseguir y construir la honradez, pocos creen en ella, resulta más sencillo y más creíble tomar al robo y el soborno como valor común.
- La historia pierde sentido, se pierde el horizonte, no hay visión de futuro, el pasado no es “útil” no nos sirve, resulta valioso vivir el presente, el futuro “ya se verá”; En el plano social no interesa hacer conexiones entre los acontecimientos, lo importante es vivirlos para bien o para mal, no nos une nada, somos países sin naciones.
- Se busca la inmediatez del presente, el pensamiento de fruición domina la escena del hombre, el “aquí y ahora” hay que disfrutar los momentos de la vida “mañana puedo estar muerto”, la felicidad no es una construcción, menos un ideal, sólo son situaciones presentes y se ha reducido a lo que el placer o el bienestar inmediato nos proporciona.
- Es el tiempo del Yo, las sociedades y el hombre, giran en torno a cómo se hace éste mejor y cómo puede disfrutar mejor, es el tiempo del cuidado del Yo, de las dietas, de los ejercicios, de la meditación, de los gimnasios, de la autorrealización, pero sin una visión de futuro social, sino intimista, es la época del crecimiento del Yo individual, dejando del lado el Yo colectivo.
- Se vive de consensos blandos, temporales, nada es para siempre, “porque todo puede terminar mañana”, por lo tanto es fácil de renunciar a ellos, además que siempre se anda pensando en uno y no en los demás. Esto último hace más sencilla la tarea de disolver acuerdos. Se puede hablar de una ética débil o diría más bien de la moralidad débil.
¿Qué tanto de estas características están presentes en nuestras vidas, en nuestra manera de educar, en nuestra forma de ser y de los demás?
martes, 18 de agosto de 2009
Formación Ética del Docente (Última parte)
La Propuesta de Formación Ética surge a partir del Programa Nacional de Emergencia Educativa (2004). Uno de los ejes de este programa es la atención a la crisis ético moral que vive la sociedad. En los últimos veinticinco años los acontecimientos políticos y sociales que ha vivido nuestro país, han puesto de manifiesto la profunda confusión ético-valorativa de los ciudadanos, especialmente de aquellos que tienen acceso al poder. Por ejemplo, los años de violencia política vivida en el país atentaron contra la dignidad humana, el desarrollo social y los derechos fundamentales de miles de peruanos. Esto ha traído efectos negativos en el desarrollo personal y moral; en la actualidad predomina una visión individualista de la vida, desarraigada de sus orígenes y lazos comunitarios. Las personas son, muchas veces, indiferentes al sufrimiento del otro, tienen poca fe en las instituciones sociales y no se encuentran motivadas para la participación política y social.
La crisis en el campo ético moral no es sólo una “pérdida de valores”, ya que la ética no es un conjunto de valores o virtudes que en algún momento las personas tuvieron y que han perdido y necesitan recuperar. La formación ética no es simplemente la adquisición de las normas sociales o culturales, ni la clarificación individual de los gustos o preferencias de cada persona, sino un proceso de desarrollo de las capacidades de reflexión, razonamiento, empatía, toma de perspectiva y resolución de problemas, y de las habilidades necesarias para hacer elecciones autónomas. Interesa formar ciudadanos, personas capaces de reconocer lo justo sobre lo injusto, de ponerse en el lugar del otro para reconocer su dignidad como ser humano, y de elegir el mejor curso de acción a seguir en situaciones potenciales de conflicto.
La formación ética consiste en aportar las condiciones necesarias para que los estudiantes logren una madurez tanto en su capacidad de razonar, como en el manejo de sus emociones, con la finalidad de desarrollar una conciencia ética que permita dar coherencia a sus pensamientos y acciones. Se trata de una educación que apunta a desarrollar las capacidades de juicio y discernimiento, así como la empatía y la habilidad de ver y entender el punto de vista del otro, en lugar de una educación que simplemente instruya a los estudiantes sobre normas y convenciones sociales.
Muchas veces la formación ética se ha dejado al sentido común y a la iniciativa ocasional de cada docente. Sin embargo, aunque todos los profesores son educadores éticos, y todas las áreas curriculares son espacios para esta formación, para ella hace falta mucho más que la buena voluntad. Adicionalmente, no basta los aprendizajes en el aula, sino que el desarrollo moral de los estudiantes deben darse en otros espacios más allá de la escuela.
La formación ética demanda de nosotros, hoy más que nunca, referentes claros, una preparación específica de los docentes en el tema y un compromiso de todos los actores e instituciones. Requiere claridad en los fundamentos conceptuales y pedagógicos que nutren y dan vida a las propuestas educativas, a la vez que un proceso de reflexión continúa que tenga como mira constante orientar los actos hacia fines y valores compartidos, que resguarden la dignidad humana, la vida y el bien común.
Muchas veces la formación ética se ha dejado al sentido común y a la iniciativa ocasional de cada docente. Sin embargo, aunque todos los profesores son educadores éticos, y todas las áreas curriculares son espacios para esta formación, para ella hace falta mucho más que la buena voluntad. Adicionalmente, no basta los aprendizajes en el aula, sino que el desarrollo moral de los estudiantes deben darse en otros espacios más allá de la escuela.
La formación ética demanda de nosotros, hoy más que nunca, referentes claros, una preparación específica de los docentes en el tema y un compromiso de todos los actores e instituciones. Requiere claridad en los fundamentos conceptuales y pedagógicos que nutren y dan vida a las propuestas educativas, a la vez que un proceso de reflexión continúa que tenga como mira constante orientar los actos hacia fines y valores compartidos, que resguarden la dignidad humana, la vida y el bien común.
La Propuesta asume que las personas crecen éticamente. Todos los seres humanos tienen el potencial de desarrollarse como personas morales. Los niños, niñas y adolescentes, aunque no tienen conceptos éticos plenamente desarrollados, se hacen preguntas sobre el fin último de las cosas, cuestionan la realidad en la que viven y están siempre atentos y en búsqueda de respuestas para cada una de sus interrogantes. Entonces, el desarrollo ético es una progresión hacia una cada vez más elaborada capacidad de hacerse preguntas sobre el sentido de la vida y las normas de convivencia, así como de esbozar y poner en práctica respuestas para ellas.
Parte de este crecimiento ético es la capacidad de evaluar situaciones y emitir juicios sobre ellas, distinguiendo lo correcto de lo incorrecto desde el punto de vista moral. A esto se le denomina desarrollo del pensamiento moral. Desde muy pequeños, los niños diferencian lo bueno y lo malo; más adelante comprenden la importancia de los amigos y el grupo social y comienzan a entender el sentido de la armonía y la convivencia y l significado de los compromisos Luego extienden esta comprensión hacia toda la sociedad y asumen el sentido de las normas y leyes sociales. Ya adultas, las personas son capaces de interrogarse sobre distintas formas de organización social, deliberar sobre problemas y conflictos éticos y tomar acuerdos que resguarden un punto de vista de valores o principios éticos universales. (Valores para un país democrático: PROPUESTA DE FORMACIÓN ÉTICA. Comisión Pedagógica de Formación Ética del Ministerio de Educación del Perú, 2005)
LA FORMACIÓN ÉTICA DOCENTE
En toda esta reflexión hemos aludido al rol del docente en cada uno de los aspectos abordados y tenemos que concluir pensando en los docentes haciendo una reflexión acerca del Documento de la PREAL, N° 41, Julio 2008. De Michael Barber, Mona Mourshed. Cómo hicieron los sistemas educativos con mejor desempeño del mundo para alcanzar sus objetivos. En el citado documento se afirma que: Los sistemas educativos con más alto desempeño atraen en forma constante gente más capacitada a la carrera docente, lo que lleva a su vez a mejores resultados académicos. Esto se logra por medio de un ingreso a la capacitación docente altamente selectivo, procesos efectivos de selección de los aspirantes más apropiados y buenos salarios iniciales (aunque no extraordinarios). Con estas premisas se eleva el estatus de la profesión, lo que facilita la atracción de candidatos aún mejores.
La propuesta de formar éticamente a nuestros docentes no es una utopía más, es la certeza que el gran cambio en educación y la transformación social de nuestros pueblos nace del docente y vuelve a él.
De una vez y por todas tomemos la decisión de fortalecer la formación docente inicial y en servicio, y busquemos además las herramientas normativas que garanticen que una propuesta tan importante como la formación ética sea sostenible en el tiempo y por encima de los cambios de administraciones y gobiernos.
La gran transformación de nuestros pueblos viene de una educación de calidad con equidad, pensada en los hijos del pueblo, en las poblaciones menos favorecidas, excluidas y postergadas históricamente, por todos y todas ellas, es imperativo desarrollar y aplicar la propuesta de formación ética de los docentes.
B.
domingo, 9 de agosto de 2009
Formación Ética del docente (tercera parte)
- ENSEÑAR EXIGE CONCIENCIA DEL INACABAMIENTO
- ENSEÑAR EXIGE EL RECONOCIMIENTO DE SER CONDICIONADO: la persona es un ser condicionado pero consciente de su inacabamiento. El condicionamiento puede ser superado, el determinismo NO.
- ENSEÑAR EXIGE RESPETO A LA AUTONOMÍA DEL SER DEL EDUCANDO
- ENSEÑAR EXIGE UN BUEN JUICIO: exige de mí una reflexión crítica permanente sobre mi práctica, a través de la cual yo voy evaluando mi propio actuar con los educandos. Las cualidades o virtudes son construidas por nosotros al imponernos el esfuerzo de disminuir la distancia que existe entre lo que decimos y lo que hacemos (coherencia).
- ENSEÑAR EXIGE HUMILDAD, TOLERANCIA Y UNA LUCHA EN DEFENSA DE LOS DERECHOS DE LOS EDUCADORES.
- ENSEÑAR EXIGE LA APREHENSIÓN DE LA REALIDAD: la capacidad de aprender, no sólo para adaptarnos sino sobre todo para transformar la realidad, para intervenir en ella y recrearla, habla de nuestra educabilidad. Antes que nada mi posición debe ser de respeto a la persona que quiere cambiar o que se niegue a cambiar. No puedo negarle ni esconderle mi posición, pero no puedo desconocer su derecho a rechazarla.
- ENSEÑAR EXIGE ALEGRÍA Y ESPERANZA: clima y atmósfera del espacio pedagógico, siempre deben ser una preocupación. No podemos eximirnos de la esperanza porque es humana.
- ENSEÑAR EXIGE LA CONVICCIÓN DE QUE EL CAMBIO ES POSIBLE: Se necesita ir “leyendo” cada vez mejor la lectura del mundo. No puedo de ninguna manera dejar de considerar su saber hecho de la experiencia. Su explicación del mundo, de la que forma parte la comprensión de su propia presencia en el mundo. No puedo imponer arrogantemente mi saber como “verdadero”.
- ENSEÑAR EXIGE CURIOSIDAD: una práctica como negación de la experiencia formadora es la que dificulta o inhibe la curiosidad. Los procedimientos paternalistas o autoritarios impiden o dificultan el ejercicio de la curiosidad.
Tomando en cuenta lo mencionado, entonces nos corresponde ingresar más de fondo a la Formación ética en el sistema educativo.
LA FORMACIÓN ÉTICA EN EL SISTEMA EDUCATIVO
Los diversos sistemas educativos asumidos por los países han desarrollado desde distintas perspectivas el abordaje de la formación de los estudiantes y de los docentes, en especial sobre aquellos aspectos que constituyen los aspectos más esenciales de la persona, me refiero a los valores de la persona y a la ética como la disciplina aplicada de los mismos.
Lo que la experiencia ha demostrado es que en la formulación de programas de formación, así como en los aspectos curriculares se pueden leer los enunciados al respecto, sin embargo, aún resulta difícil contar con información lo suficientemente válida para sostener si esos programas o competencias curriculares han dado los resultados esperados. Por supuesto que los impactos son de mediano y largo plazo y seguramente en muchos casos aún están siendo trabajados.
Dentro de estas propuestas podemos enumerar algunos tipos:
a. A través de inclusión de asignaturas. Esta perspectiva obedece a una lógica cognitiva, considerando que el aprendizaje de conceptos y postulados son suficientes para que sean asimilados o incorporados a los comportamientos.
b. A través de perspectivas mixtas (asignaturas – talleres). Se agrega a las asignaturas espacios en las que se propicia la discusión y el análisis, así como el ensayo o entrenamiento en algunos comportamientos.
c. Transversalización del contenido. Algo ya habíamos mencionado anteriormente, y está referido a como desde determinado concepto o conceptos transversales se dejan visualizar en los distintos espacios educativos estas intencionalidades con la finalidad de cubrir toda oportunidad de desarrollarlos.
d. Uso de herramientas reflexivas. Esta perspectiva no busca trabajar conceptos o contenidos específicos, sino utiliza los contenidos y prácticas en uso para que a partir de ellas se desarrolle un conjunto de herramientas que permitan una reflexión, que va desde la identificación del problema (realidad), pasando por el análisis, autoanálisis, contrastación, extrapolación, aplicación y vuelta a la realidad. Los procesos reflexivos son una herramienta que regula nuestros comportamientos profesionales.
Deseo detenerme en este punto, para sostener que en mi experiencia en educación en sus distintas modalidades, he aprendido que durante muchos años hemos sostenido la importancia del conocer y luego la importancia de hacer práctica de lo conocido, en ocasiones en el vacío. Los procesos reflexivos parten de la realidad y regresan a ella, y esto es muy valioso en educación.
En mi búsqueda de lograr que nuestras actitudes y comportamientos den un giro hacia los valores morales o éticos que todos aspiramos hoy en día, me encontré con conceptos valiosos y que han logrado que mi visión del problema cambie.
Según Aristóteles se entiende la ética como saber práctico, trata de orientarnos sobre qué debemos hacer para conducir nuestra vida de un modo bueno y justo, cómo debemos actuar, qué decisión es la más correcta en cada caso concreto para la que la vida sea buena en su conjunto. Intenta mostrarnos cómo conducirnos adecuadamente en el conjunto de nuestra vida. (Cortina, 2001). Desde esta tradición es la voluntad y la conciencia la que ejerce dominio sobre nuestras conductas. Sabemos empíricamente que esto no funciona siempre con la misma eficiencia y con la misma frecuencia. Por ello pensar en desarrollar en la formación docente procesos reflexivos, se convierte en una posibilidad que nos acerca a esta vieja aspiración de vivir éticamente, vale decir haciendo lo correcto, lo bueno y lo pleno.
La ética entonces no es un conjunto de reglas o normas en especial, sino es el ejercicio permanente de reflexión sobre nuestras propias prácticas de vida. En ese intento de hacer realidad nuestros sueños en el año 2005 en el Ministerio de Educación (MED) del Perú se conformó una comisión de trabajo para elaborar la propuesta de formación ética del estudiante, con el objetivo de lograr en los estudiantes vivir los valores y la ciudadanía.
martes, 9 de junio de 2009
Formación Ética del docente (segunda parte)
Uno de los conceptos educativos tal vez de mayor trascendencia en los últimos tiempos es el de COMPETENCIAS.
Por ello me atrevo a hacer algunas reflexiones al respecto, en la dirección que desde mi punto de vista se constituye en una herramienta conceptual importante para poder lograr los fines educativos necesarios.
Ante todo lo mencionado, requerimos de competencias que garanticen que en el futuro podremos contar con personas y ciudadanos conscientes de los problemas sociales que nos aquejan hoy en día, dispuestos y capaces de transformarlos.
Y debemos hablar de competencias porque lo que necesitamos, ha de Identificar aquello que necesita cualquier persona para dar respuesta a los problemas a los que se enfrentará a lo largo de su vida. Por lo tanto, la competencia consistirá en la intervención eficaz en los diferentes ámbitos de la vida, mediante acciones en la que se movilizan, al mismo tiempo y de manera interrelacionada, componentes actitudinales, capacidades, procedimientos y conceptos.
La competencia y los conocimientos no son antagónicos, ya que cualquier actuación competente siempre implica el uso de conocimientos interrelacionados con capacidades, valores y actitudes.
Para poder instrumentalizar las competencia no solo requerimos de un currículo coherente con este enfoque conceptual, sino además requerimos que éstas se “respiren” en los todos espacios educativos previstos y no previstos. Otro concepto que introducimos como importante para este punto es de la Transversalidad, al cual nos referiremos brevemente.
TRANSVERSALIZAR ES IGUAL INVISIBILIZAR?
Para favorecer la imaginación diré que hacer un contenido como transversal es como colocar un filtrante en una taza de agua hirviendo y dejar que su esencia la tiña y luego la colocamos en otra taza y para que produzca el mismo efecto, solo espero que sea suficiente para teñir las tazas que requerimos.
Las tazas son los espacios educativos, el filtrante es un contenido transversal y va dejando su esencia. Pienso que esta figura puede ayudar a entender que cuando transversalizamos un contenido o una intencionalidad - más allá de valorar educativamente que los transversales son una respuesta a los grandes problemas y reflejan también las grandes intenciones educativas para una sociedad - estamos queriendo decir que la transversalización es el deseo de ver reflejada esa intencionalidad en toda acción educativa.
Vale decir para nuestro caso, que entender la formación ética del docente como una competencia transversal, estamos diciendo que deseamos desarrollar esta competencia en especial en toda oportunidad, en todo espacio formal o no formal relacionado o vinculado a la formación docente en general, en otras palabras me refiero a la formación inicial, así como en servicio. En todo espacio deberá estar presente esta intención educativa respecto a lo mencionado.
Se dice con frecuencia en la jerga educativa de los maestros, que hacer de un contenido un transversal es invisibilizarlo, porque al final está en todo pero no está en nada al mismo tiempo, y creo que el problema radica en que no sabemos qué hacer con un contenido transversal, cómo trabajarlo a lo largo y ancho de todos los espacios educativos y en todos los aspectos curriculares.
En primer lugar nos debe quedar claro, que es muy importante elaborar las definiciones operativas de lo que deseamos transversalizar, para nuestro caso, nos debe quedar claro ¿qué entendemos por formación ética? Conceptos que intentaremos desarrollar en los talleres.
Definido el concepto y habiendo encontrado sus indicadores, lo que nos corresponde es colocarlo, como ya lo habíamos mencionado, a lo largo y ancho de todos los espacios educativos. Esto equivale decir, por ejemplo: en un curso de ciencias, ¿cómo colocamos la formación ética del docente?
· En primer lugar sobre los contenidos mismos del curso: ¿éste se presta para tratar de contenidos de ética propiamente?
· En segundo lugar, sobre las actitudes mismas del docente respecto a sus aprendizajes y al uso que dará a los mismos.
No obstante lo mencionado, existe una herramienta que posibilita que la ética sea tratada en todo espacio, estamos hablando de los procesos reflexivos.
¿Qué son? Son herramientas que regulan nuestros comportamientos profesionales y personales a partir de la práctica misma, por tanto, si estas herramientas son de dominio generalizado, son de uso permanente, entonces podríamos garantizar que la Transversalidad de la ética puede ubicarse en todo espacio educativo.
Para poder ingresar a esta dinámica de trabajo docente, considero conveniente apoyarme en Paulo Freire que con gran lucidez define las implicancias actitudinales del docente respecto a su labor de enseñanza.
jueves, 21 de mayo de 2009
Formación ética del docente (Primera parte)
¿POR QUÉ HOY EN DIA HABLAMOS DE VALORES, DE ÉTICA, DE CIUDADANIA Y DE CIVISMO?
Quisiera iniciar estas reflexiones haciendo una revisión de los principales factores, apoyado en el texto “Crisis y replanteamiento de la ética” de Alberto Simons sj; esta anunciada crisis nos hace sentir que los valores y que las sociedades se encuentran muy afectadas y algunas algo colapsadas, veamos:
a. Vivimos una moral de corte relativista, subjetivista, pragmática e individualista, al mismo tiempo una moral tradicionalista, legalista, dogmática y rígida
b. Por otro lado sentimos una crisis del sentido, ya que tanto los porqué y los para qué vivimos (fundamentos y fines) ya no son modelos compartidos socialmente, como tampoco el quién somos. Se ha tenido que recurrir a la filosofía moral para ver si ofrece modelos de fundamentación que valgan para cualquier persona, sea cual fuere su fe religiosa o secular.
c. Conjuntamente con el pluralismo, la diversidad confesional, el agnosticismo y el ateísmo que se van haciendo frecuentes entre nosotros.
d. Enfrentamos nuevos retos y problemas que no encuentran respuestas en la moral tradicional. Problemas que van desde la manipulación genética hasta la injusticia y discriminación social. Políticas pragmáticas.
e. Vivimos una cultura de la imagen. civilización del consumo.
f. Medios socio – culturales en que la violencia de todo tipo se ha vuelto ordinaria.
g. Vivimos en la Inmoralidad – amoralidad – y en la desmoralización.
h. Los medios han tomado el lugar de los fines y viceversa. El bien de las personas y el bien común pasan a segundo lugar.
Hoy se afirma por los científicos sociales que vivimos la etapa de la postmodernidad, y además de lo ya señalado encontramos características que se agregan a los factores ya mencionados:
- Desencanto o decepción respecto de la razón que se convierte en: utilitarismo y pragmatismo. En consecuencia predomina un pensamiento débil. La postmodernidad no tiene esperanza de cambiar el mundo.
- Se decreta el fin de las utopías, pues el cambio histórico total es imposible. No se cree en los “metarrelatos”. Fin de la historia – inmediatez del presente.
- Pensamiento de fruición: disfrutar los momentos de la vida por sí mismos.
- Esteticismo presentista, capacidad de vivir lo bello en el momento.
- Tiempo del “YO” y del intimismo, de la meditación trascendental y del cuidado del cuerpo, de las dietas y los gimnasios.
- Politeísmo de valores y consensos “blandos”: valores múltiples, disminuidos y parciales, de las relaciones nunca plenas. En consecuencia: una Ética débil y provisional.
- Hiperindividualismo narcisista y hedonista: que se traduce en “el mínimo de coacciones y el máximo de elecciones privadas posibles, el mínimo de austeridad y el máximo de deseo”
Como reacción a las corrientes de estos pensamientos, hoy nos dejan efectos que en un primer momento parecieron buenos y hoy vemos con asombro que no lo eran tanto. Así como ejemplo más cercano, tenemos el de la economía liberal que parecía la solución a las grandes dificultades económicas de la humanidad, por el contrario vemos hoy en día los problemas que viene causando y la necesidad de hacer un control e intervención por parte del Estado.
Nuestras sociedades viven tremendamente influenciadas por estas corrientes de pensamiento y como podemos suponer la educación no escapa a estas influencias. Es interesante observar que en las últimas décadas y en todas las latitudes, en educación han surgido con muchas fuerza, programas, proyectos y propuestas educativas, cuyos énfasis están colocados en la formación en “valores” o en la “educación en valores” o en aspectos vinculados como educación para la ciudadanía, educación cívica, o educación intercultural, entre otras propuestas.
Sin duda, estamos ante la evidencia que algo estamos reclamando en la formación de nuestros niños y jóvenes, pero además, algo está aconteciendo, porque se ha convertido en una oferta de los sistemas educativos como muy necesaria. Hasta podríamos agregar que aquella propuesta educativa que no nos muestra como componente de su oferta el tema de los valores, casi podremos arriesgar a decir, que no es buena o que no es completa.
Hay una necesidad de enfatizar este componente formativo o mejor dicho orientador de la formación de los estudiantes. La paradoja de educar en lo que por esencia contiene ya la educación, es una evidencia de este énfasis, a veces, para mi opinión, desmedida o redundante. La educación aún antes de su formalización con la escuela, siempre fue en valores, no ha existido, ni existirá una educación neutra, exenta de valores, siempre los ha mostrado y ha intentado forjarlos, inculcarlos, catequizarlos o desarrollarlos. Lo cierto es que la educación en todos los tiempos mostró su intención axiológica. Sin embargo, la efectividad de esta intencionalidad no ha sido la esperada y me atrevería a formular algunas explicaciones al respecto:
· Esta intencionalidad, se quedó en ella y no logro su cometido,
· Esta intencionalidad solo fue enunciativa y nunca se concretó en acciones pedagógicas, o
· Fue tan impositiva que ocasionó una reacción contraria
Es por ello, que hoy se manifiesta esta intencionalidad y se declara, y se podría decir que casi todos los sistemas educativos están en la obligación de declararlas. Lo que puede ser una prueba del compromiso de las instituciones educativas ante determinados valores.
Otro aspecto que vale la pena mencionar en estas reflexiones, es el referido a los ciudadanos, a los individuos que forman parte de esta sociedad. Conductas sociales como la violencia, la corrupción, el abuso, la discriminación y la intolerancia, se han constituido en características de casi todas las sociedades, y más evidentes en América Latina. No es necesario mencionar casos, los tenemos casi todos en la memoria y los que no, los medios de comunicación e información se encargan de recordarlos en los noticiarios.
martes, 31 de marzo de 2009
Educación Rural / Educación Intercultural
La educación, entendida como un derecho y como un servicio, debe poder atender a los millones de niños, niñas y jóvenes que se encuentran en edad y en extraedad ofreciéndoles la posibilidad de educarse. Esto implica llegar y coberturar a las poblaciones en todos los ámbitos, vale decir zonas y regiones del país. La educación entonces se desenvuelve en dos ámbitos definidos: una educación en los ámbitos urbanos y otra en los ámbitos rurales.
Desde hace muchas décadas se pensó y diría se viene pensando que la educación en los ámbito rurales debe ser "especial", vale decir, debe desarrollar acciones diferenciadas de una educación que ocurre en ámbitos urbanos, este pensamiento deviene como consecuencia de las características geográficas, naturales, etnográficas y lingüísticas de los ámbitos rurales. Me pregunto ¿Debemos pensar en una educación especial de acuerdo a los ámbitos o debemos pensar en una educación que tenga en su esencia una mirada capaz de atender y comprender al otro en su diversidad y en sus propias cosmovisiones?
Hemos cometido el error de pensar en la educación de acuerdo a los lugares en donde se desarrolla y no en la concepción de comprender a la persona y al conglomerado de personas no por el ámbito donde vive o habita, sino desde sus propias visiones, necesidades y características. en otras palabras, no es el lugar lo que define el tipo de educación, sino sus propias características. Por ello, considero que se debe hablar y por supuesto conceptualizar una educación que debe ser intercultural.
Una educación intercultural (EI), no se pregunta en dónde está la persona, sino quién es la persona. La EI no se determina por el lugar, sino por lo qué es la persona en esencia. No debo preparar una educación especial porque se está a 3500 m.s.n.m, sino porque las personas que habitan esa zona poseen visiones, tradiciones, necesidades y expectativas educativas específicas. Pudiéramos estar en una zona costera o una zona urbana y deberemos hacernos las mismas interrogantes por quienes son sujetos de educación.
¿Los estudiantes de una zona residencial urbana requieren una educación intercultural? La respuesta es si, porque el docente requiere de preguntarse con quien está, quién es él o ella? cuáles son sus visiones, expectativas, sus tradiciones, percepciones del mundo? ¿requeriré de dominar otra lengua para poder entendernos y comunicarnos?
Lo que pretendo denunciar es que no podemos hablar de una educación para los habitantes de nuestra amazonia, de nuestra serranía o de las zonas costeras, no hay una educación para las zonas urbano marginales o urbanas residenciales. La educación es para toda persona y exige de todos aquellos que trabajamos en educación una mirada reflexiva que pregunte y que se interrogue: ¿Con quién estoy, a quién voy a educar y qué necesito para hacerlo con pertinencia? No existe una fórmula pedagógica que nos permita actuar de manera precisa con determinadas poblaciones porque habitan en tal o cual zona. Las fórmulas se construyen con ellos en el lugar que nos toca educar, para ello debemos estar preparados, debemos desarrollar competencias profesionales necesarias para poseer esta visión educativa que logra comprender, aceptar y dialogar con el otro asimilando su mundo, probablemente distinto al nuestro. Reconocer al otro como interlocutor válido es la clave. No es suficiente respetar las diferencias, lo necesario es construir el diálogo que nos permita tener una intervención educativa intercultural. Diálogo entre culturas va más allá que el respeto entre ellas, y la educación tiene un gran desafío, sobre todo en un país con tanta riqueza en su diversidad.
Nuevas Miradas: nuevos rostros
Acerca del currículo...nuevamente en la reflexión
Imagen pertenece a Foro Educativo (2019) Primera Parte Tal vez sea importante empezar afirmando que el currículo es un instrumento important...
-
Analizábamos en clase con los estudiantes de educación sobre la importancia de la relación y la interacción entre el docente y sus est...
-
Esta es una pregunta que en primera instancia, tiene una respuesta inmediata, claro, de nuestra parte y como adultos. Podemos responder ...
-
Gracias a Pelusa Villanueva Detrás de esta sencilla pregunta hay dos grandes conceptos muy complejos: la vida y la educación. Me arrie...