Elegir, decidir, valorar
Esta es la tercera parte de la saga "Aprender a tomar decisiones". He venido sosteniendo que durante los primeros años de vida y de escolaridad, se trata de un comportamiento que muestra sus complejidades y que a mirada adulta parece ser muy sencillo. Más adelante pensando en esas complejidades he analizado que tomar decisiones no es una cuestión sencilla y superficial, por el contrario requiere de condiciones y de análisis, por cierto, no es lo mismo elegir un helado que elegir una profesión, como sucede en la adolescencia. Por cierto, también hay personas que eligen la profesión tan sencillamente como elegir un helado.
Para elegir, se requieren criterios, estos criterios son diversos y actúan también en forma distinta en cada uno de nosotros. empleados los criterios correspondientes (adecuados o no) se toma una decisión. Hasta este momento no juzgamos nada, solo describimos, sin embargo, creo que es necesario emitir algunos juicios de valor.
Precisamente de ello me ocuparé. Creo que para ninguno de nosotros, cabe duda alguna, sobre la existencia de decisiones adecuadas y malas decisiones, generalmente sabemos si son adecuada o no , cuando sentimos las consecuencias de ellas. Consecuencias en algunos casos inmediatas y otras requieren de pasar algún tiempo para sentirlas. Es muy difícil, saber que consecuencias tendrán nuestras decisiones, no obstante, en algunos casos, podemos intuir o inferir lo que podrá ocurrir luego de una decisión. ¿Hay forma de anticiparnos y no enfrentarnos a decisiones que nos traerán malas consecuencias?
La experiencia indica, que resulta complejo, saberlo, pero podemos emplear algunos criterios para disminuir nuestros riesgos de malas decisiones, vale decir, de decisiones con altas consecuencias.
¿Qué elección valorativa hacemos? ¿Qué valor(es)orienta(n) nuestras decisiones?
Cuando me refiero al uso de determinados criterios para tomar decisiones, me refiero a valoraciones . en forma permanente, vamos valorando,ponderando, estimando, situaciones, hechos, personas, cosas, en fin todo lo valoramos antes de tomar decisiones y luego de este proceso, decidimos. Mi hipótesis es que según los valores que empleemos en nuestra valoraciones, según ellos, podemos inferir si las consecuencias de nuestras decisiones serán bajas o altas.
En el mundo de los valores, en la literatura, encontramos que hay valores de distinta naturaleza, si así podemos denominarlos, o de distintas categorías. Así tenemos valores políticos, religiosos, económicos, estéticos, y muchos otros. En esta taxonomía, existen algunos que son de uso exclusivo de las personas. Esos valores, los denomino valores humanos, porque las personas que los usan crecen en humanidad, se hacen más humanos, tales como la justicia, el amor, la solidaridad, entre otros. Estos valores, no los poseen los objetos, ni los animales, solo pueden poseerlos las personas y cuando los usan y se apropian de ellos, se hacen más humanos. Es así, entonces, que una persona que emplea como criterio para tomar una decisión, valores humanos, su decisión tendrá como marco este valor y es probable que las consecuencias de su decisión sean buena para él y para los demás. Claro está que cuando empleo el término bueno o malo, es inevitable caer en un una discusión de relativismo. Prefiero evitarlo.
Con lo referido, no pretendo decir, que estos valores son el único criterio para tomar decisiones. Como ejemplo, puedo decir, que si voy a elegir un traje, claro está, que los valores que deberé emplear para mi decisión, serán estéticos, utilitarios y económicos. Sería absurdo emplear como criterio, valores humanos, porque nadie se pregunta si será solidario o no elegir un traje, a menos, que el dinero que invierta lo pueda destinar a un acto de solidaridad, y ello me colocará en una situación dilemática.
Entonces, creo que puedo cerrar esta tercera reflexión, afirmando, que los valores y su uso, es decir, las valoraciones, son el principal criterio para elegir y tomar decisiones. Creo que hay que guardar la coherencia entre nuestra valoraciones y la naturaleza de la elección y decisión. Para decisiones relativas al gusto, pues serán tal vez los valores estéticos los que predominen, y en otros casos serán los económicos. Para decisiones con las personas o para con las personas, tal vez deban predominar los valores humanos.
Llevando esta reflexión al terrenos educativo ¿De qué manera podemos lograr aprender a desarrollar varaloraciones en nuestros estudiantes? ¿Dilucidar, deliberar los criterios valorativos necesarios para tomar decisiones?