miércoles, 28 de marzo de 2018

EL VENDEDOR DE SUEÑOS

A propósito de un corto que fue subido en YouTube, de origen argentino, cuyo título es precisamente "El vendedor de sueños", y,  reflexionando sobre el mensaje del mismo, lo asocié con la acción educativa y pedagógica, y naturalmente con la acción cotidiana del maestro y me animé a plasmar estás líneas que desarrollo a continuación.
¿Deberíamos considerar que parte de las funciones de una maestra y de un maestro en su acción pedagógica debería ser la de propiciar que sus alumnos sueñen con un mundo mejor, con una sociedad sin violencia, de una sociedad de respeto a todos, de tener mejores condiciones de vida, con tener una escuela limpia, ordenada, jugar sin violencia, sentir a la justicia como la gran esperanza de todos, pensar en los demás?
La palabra soñar ha caído en el descrédito, afirmar que uno sueña con.... actualmente, se suele asociar, con estar desubicado, ser iluso o algún sinónimo. Hasta hace unas décadas atrás, Martin Luther King, iniciaba un reconocido discurso con la celebre frase"Yo tengo un sueño...." y entonces, a partir de ese aliento a soñar y tener el derecho de hacerlo, muchos deseábamos tener sueños y desear un nuevo estado de cosas, una nueva sociedad, una mejor convivencia social.
Hoy, hablar de ello, desde mi experiencia, no suscita reacciones positivas. Cuando uno se atreve a proponer que se aspire, que se sueñe con un mejor estados de cosas, encuentra con frecuencia un pesimismo y una desvalorización del discurso. Hay una suerte de derrota anticipada. ¿Será que la educación no está ayudando a forjar sueños e ideales?
La educación y la escuela como su más importante espacio de resonancia, han colocado sus preocupaciones en los conocimientos formales (áreas curriculares o materias), y también en los valores (como entidades importantes), pero poco nos dicen cómo incorporarlas y usarlas en nuestras vidas para construir una mejor sociedad. No basta con saber que algo es valioso, si aquello que es valioso no está incorporado en nuestras actitudes y comportamientos cotidianos. Perseguir un sueño, considero que es muy importante, nos invita a trazar metas de vida, abrazar ideales, formas de hacerlo realidad y asumir estilos de vida que ayuden a conseguir esos sueños. Se nos podría ocurrir preguntarnos Pero ¿ hay sueños "bueno" y "malos"?
Pienso en aquellos sueños que se forjan de los valores humanos, éticos, pienso en los sueños que persiguen valores que nos hagan más humanos, que nos permitan crecer en humanidad, en valores que nos permitan una convivencia sin violencias, ni discriminaciones, en valores que nos permitan una vida mucho más vivible. 
Soñar en todo lo mencionado, pienso, es valioso e importante. No concibo una educación que no aliente a pensar en futuro, pensar en futuro es creer en algo por venir, es soñar con los ojos abiertos, sin perder de vista la realidad, pero que siempre anima a perseguir los ideales, los sueños.
¿Hacemos soñar a nuestros alumnos, en qué?

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