lunes, 3 de junio de 2013

¿Es importante la formación de la persona en las escuelas?

Hace muy poco presente una publicación sobre el aprendizaje de la matemática, coloqué además el enlace en otras redes sociales y tanto en este blog como en las redes tuvo un interesante éxito. Se abrió un foro  que estuvo activo en la red por cerca de un mes y con más de doscientos comentarios y unas decenas de recomendaciones. Nunca antes me había sucedido esto. Pude comprobar entonces no solo el gran interés de educadores y de muchas personas sobre el aprendizajes de la matemática, sino también la preocupación por lograr el éxito en este aprendizaje.  Por supuesto, se ventilaron aspectos  como los contenidos, las metodologías y se analizaron muchos factores que intervienen en su aprendizaje. Desde mi experiencia un éxito. Al poco tiempo, me animé a escribir algo acerca del carácter, voluntad, seguridad, autoestima, para referirme a su importancia en la formación de nuestros estudiantes y lo que sucedió con esta publicación fue aún más interesante: en un mes de estar en redes solo hubieron dos participaciones.
En otros escenarios relacionados a la capacitación de docentes, he comprobado, como algunas ofertas de cursos relacionadas con la formación ética del estudiante o sobre la importancia del desarrollo moral o de sus competencias socioemocionales se han cerrado por el escaso interés mostrado por los docentes. En un porcentaje considerable la mayoría de docentes se anotan en cursos de capacitación relacionados a las metodologías y a las didácticas en general, me refiero a contenidos sobre aprendizajes en matemática, comunicación , ciencias y otros, ello ocurre tanto en los niveles de inicial, primaria y secundaria.
Esta comprobación empírica, observada durante algunos años, me lleva a una conclusión inicial: el interés predominante de los aspectos instrumentales de la enseñanza se ubican en orden de importancia, por encima de los aspectos formativos de la enseñanza. ¿Será cierto?
Probablemente, esto explica por qué en nuestras escuelas el trabajo formativo está frecuentemente relegado al desarrollo de acciones aisladas o a las buenas intenciones de algunos docentes preocupados en formar estudiantes que sean  buenas personas, más humanas. Estos docentes  logran resistir el  remar contracorriente o resisten el aislamiento de un sistema, que más allá de las normas y publicaciones, parece no darle el legitimo lugar a la formación humana de nuestros estudiantes.
Muchos de los problemas que vivimos como sociedad, tienen que ver con la persona: sus emociones,  sentimientos, valores, actitudes, sus estilos y formas de ponderar los actos y las circunstancias, sin embargo, de todo ello, la educación como sistema se ocupa muy poco.
Sin ánimo de generar un cuestionamiento al conocimiento  y la información que proporciona la escuela,  que considero importante también,  si puedo criticar el desequilibrio entre la carga informativa que ofrece la escuela y la carga formativa. Seguimos teniendo determinados privilegios por los contenidos matemáticos y comunicacionales y pensamos o creemos que la formación de la persona puede lograrse por generación espontánea, y es que desde hace mucho se sabe que la formación de actitudes debe también ser enseñada y formada. Hemos caído en el autoengaño de pensar que porque tenemos lemas, discursos los lunes de cada semana, tenemos hora tutoría y los tenemos escritos y subrayado en una programación como tema o contenido transversal, ya con todo ello es suficiente. ¿Autoengaño o poca efectividad? 
La educación como sistema no resolverá los problemas sociales de delincuencia, violencia, sicariato, consumo de drogas, prostitución y otros, sin embargo si creo que la educación: formación de la persona e instrucción, juegan un rol muy importante en la decisiones que día a día toman cientos de miles de personas y dentro de esas decisiones hay muchas que son equivocadas y que hacen daño a muchas personas también. 
Es paradojal, escuchar la crítica de autoridades y de políticos cuando se refieren al origen de los problemas sociales, le atribuyen generalmente a la mala educación la causa estos problemas. No obstante, cuando intentan resolverlos, definen nuevas leyes, sanciones más estrictas, persecuciones y redadas, pero no se incrementa el presupuesto educativo, no se emprende una acción decisiva para formar a las personas En pocas palabras, la educación tiene un reconocimiento casi unánime sobre la formación de las personas cuando se trata de encontrar causas, pero cuando se trata de encontrar soluciones, es lo normativo y punitivo lo que se plantea y a lo que se le asigna, también un mayor presupuesto. 
¿Será posible darle el espacio, el tiempo y la dedicación necesaria a la formación de la personas dentro de los espacios educativos, escolares? ¿Qué se requiere para tomar la decisión de hacerlo?



6 comentarios:

  1. Cecitar; por más lindo que sea el nombre; y aun siendo un eje transversal sobre moralidad y ética, caemos en cuenta que nuestras relaciones se alejan diametralmente del resultado; pero lo que más apena es que somos los docentes los primeros hipócritas, que jugamos a dos caras!
    Cuánto lamento que nuestro sector tenga esa inclinación. No hay visos de mejoramiento; si digo que sí hay mejora-miento!.

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    1. Gracias Bety por tus comentarios. Es muy probable que como sistema nos falte mucho aún, sin embargo estoy seguro que existen docentes cuya preocupación es genuina y comprometida. En el mejoramiento de nuestro sistema estamos todos involucrados los que de alguna u otra manera trabajamos en él. A propósito de este artículo alguien desde muy lejos, me compartía que esta problemática se repite en otros contextos y terminaba diciendo en su correo "debemos tener mucha paciencia y seguir trabando"

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  2. Al leer el artículo me puedo dar cuenta de muchas verdades que están presente en nuestro diario vivir, pero que nos es más cómodo hacernos los desentendidos para simplemente realizar lo que a cada uno le es más conveniente, ya que el formar a otro implica amor, dedicación, dar lo mejor de uno y hoy en día no estamos dispuesto a realizar ese acto tan sublime por que si no nos trae un beneficio directo e inmediato lo rechazamos bloqueándonos esa posibilidad, puesto que hoy sólo nos interesa como dice muy bien el artículo capacitarnos para adquirir más contenidos, para ser el mejor en tal o cual área, etc. Hemos perdido la capacidad de conmovernos y alegarnos de nuestro prójimo, hoy en día los valores estorban ya que limitan el alcanzar no importa como el reconocimiento, somos un a sociedad en crisis.

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    1. Amiga(o) gracias por tus importantes reflexiones. Lo que mencionas tiene mucho de cierto, parece ser un problema no solo de los docentes sino de la humanidad. Como educadores tenemos un compromiso en trabajar denodadamente para ir moviendo esta gran piedra y contribuir con el cambio. Gracias

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  3. Apreciado Maestro César, considero esencial la formación de la persona en la escuela y en la familia, de noser as{i, el valor social de la escuela desaparecería, dejaríamos que el mercado y los medios se encarguen de ello. El tema de fondo, es que nuestra escuela pública está anclada en el tiempo y no responde a las demandas del mundo actual, sumido en una crisis permanente.

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  4. Mi estimado Miguel Angel, coincido totalmente con tus apreciaciones sobre el tema, pero entones, no crees que debemos hacer algo para esa formación se trabaje en las escuelas, se forme en nuestros maestros y se incorpore en la formación inicial? Ya es tiempo de hacer algo en concreto. Un fuerte abrazo y gracias por tus comentarios.

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