Una de las
principales preocupaciones de los docentes es la que se refiere a la formación de valores en sus estudiantes y sobre ellos lo primero que se piensa es que se trata de un un espacio especial y de materiales específicos, así como de estrategia singulares. Sin perjuicio de lo mencionado, debo mencionar que en educación y en todas nuestras acciones
educativas o no, siempre estamos transmitiendo y evidenciando valores y valoraciones.
Cuando como
docentes mostramos preferencias o rechazos por situaciones, temas o comportamientos, en esos momentos
hacemos uso de los valores en los que creemos y es también en esos momentos que
vamos transmitiendo dichos valores. En otras palabras, los valores en los que
creemos y vivimos diariamente son aquellos que también se transmiten y transfieren
en la acción educativa con nuestros estudiantes. Por ello, no existe acto
educativo que pueda prescindir de ellos, siempre los valores están presentes.
La gran pregunta
es ¿cuáles serán los valores adecuados en los que deben formarse nuestros
estudiantes? En el mundo de los valores encontraremos muchos tipos de valor, la
literatura especializada nos puede ofrecer una amplia información. Sin
embargo, y a pesar de esta gran variedad no todos los valores al usarlos
engrandecen a las personas y las hacen mejores personas y más humanas. Ser una
persona eficaz, útil, estéticamente bella y sana no garantiza que en uso de
esos valores sea mucho más humana.
Solo existen
algunos valores que cuando una persona los posee y los usa de forma permanente hace
que ella sea mucho más humana. Una persona justa puede no ser eficiente, puede
no ser bella, puede no tener dinero pero es mucho más humana que quien no es
justa. Porque en este caso, el asumir el valor de la justicia y vivirlo nos
convierte en mejores personas y más humanas. Lo mismo podríamos decir de la
solidaridad, del respeto, del amor a los demás. Entonces son estos valores los
que deben constituir el horizonte por los cuales debemos trabajar y formar en
nuestros estudiantes.
El trabajo de la
formación en valores exige algunas condiciones, de las que podemos mencionar
las siguientes:
- La institución educativa debe asumir el compromiso de formarlos en
todo espacio y en toda situación. Formar en valores no es un curso, es una
acción cotidiana y permanente.
- Nos exige como docentes algunas actitudes necesarias respecto a
nuestros estudiantes como son: ser auténtico – aceptación incondicional a
nuestros estudiantes – empatía para poder entender y comprender a nuestros
estudiantes.
- Necesitamos capacitarnos para ampliar nuestros conocimientos y
habilidades, así como fortalecer nuestro comportamiento ético para poder
ser coherentes con nuestras intenciones educativas y formativas.
En suma, debemos
tener claridad de los valores en lo que debemos formar a nuestros estudiantes,
reconocer que formar en valores es una
acción permanente, no es un curso y por tanto no basta con conocerlos sino en
ponerlos en práctica diaria, para la formación no hay tregua en tiempo ni en
espacio. Requerimos que se involucren todos los que conforman la comunidad
educativa, debemos prepararnos y organizarnos para formar valores. Comprender
esta importancia nos debe llevar a comprometernos desde este momento a trabajar
para que ellos sean asimilados y formen parte de la vida escolar.
Estimo que la formación de valores de nuestros alumnos es un aprendizaje de vida constante de todos los actores institucionales que intervienen en el quehacer diario, de manera directa o indirecta en la formación de ese futuro ciudadano. Deberemos estar más atentos que nunca, ellos están permanentemente solicitando ayuda y en muchos casos observándonos.
ResponderEliminarProf. Andrés Piguillem
Estimado Andrés, efectivamente es sobre lo que señalas con mucho acierto, lo que deseo llamar atención. La relevancia que tiene en la formación de los estudiantes, todo aquello que acontece a nuestro alrededor, así como, nuestras propias actitudes y comportamientos. La formación de los valores está en lo cotidiano y a través de todos los que estamos vinculados directa o indirectamente en la educación. Gracias por reforzar las ideas.
EliminarLa formación valórica como bien comentan es responsabilidad de todos aquellos que forman parte de la vida de nuestros niñ@s y jóvenes. ¿Pero qué sucede con aquellos que han vivido inmersos en el antivalor, en la negligencia física, emocional, social? Me desempeño en un colegio de alta vulnerabilidad social donde la formación en valores desde el hogar muchas veces es nula y donde la sociedad muchas veces no cumple su rol protector..es ahí donde el docente que busca formar individuos y no reproducir contenidos hace la diferencia. Cuándo se decide y opta y lucha por trabajar con pocos recursos y mucha energía para lograr brindar a sus estudiantes oportunidades de una vida sana, plena y en paz. Un gran abrazo!!
ResponderEliminarEstimada Wendy esos son los grandes desafíos. Sin lugar a dudas que será un tanto más complicado ante situaciones como la describes. Sin embargo, dentro de mi experiencia, siempre ayuda el ayudar a pensar a nuestros niños, ayudarlos a darse cuenta, ayudarlos a descubrir que dañar a los demás, herirles, ofenderlos o maltratarlos causa daño, que ellos son dañados cuando eso les sucede, estamos a tiempo mientras son niños que tomen distancia de aquello que los hiere y darse cuenta cuando somos más humanos. Rescatar lo que vale el SER humano. Como maestros jugamos un papel muy importante en estas situaciones, porque a veces somos el único referente de valor. Trabajar con las familias, no para convencerlos de una idea o de algo así, sino para que los podamos también ayudar a darse cuenta si realmente eso es lo que desean cuando maltratan, dañan u ofenden. Wendy tienes una tarea muy grande pero al mismo tiempo muy valiosa. Es admirable tu tarea como maestra. Gracias por tus comentarios
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