Pensando en ellos, pensando en aquel niño que nació en condiciones de pobreza, cabe preguntarse ¿Qué les depara a todos los niños del mundo que sufren los efectos de una economía sin rostro?
Creo no equivocarme que en el mundo aunque se tenga creencias distintas a la Cristiana, estas fechas son un motivo de reflexión profunda, de reconciliación, de búsqueda de paz, de cambio.
Será entonces una excelente oportunidad para que antes de cerrar el año podamos hacer un balance de aquello que aconteció en el presente, de aquello que no hicimos, de lo que quisimos y no pudimos, de lo que no quisimos y terminamos haciendo. La vida es mucho más compleja que la teoría y las fórmulas no siempre resultan efectivas, tal como las proponen aquellos a quienes sí les dio resultados.
Que el eje de nuestra reflexiones sean nuestros niños. Sean estas fechas entonces una muy buena oportunidad para mirar con profunda consciencia, respirar en la sombra, beber agua y levantarse para retornar al camino ya iniciado o emprender otro distinto.
Veamos con optimismo lo que nos toca hacer, con ojos de esperanza, con alegría y con satisfacción en el esfuerzo, en el intento o en la victoria. Tenemos aún mucho trecho por avanzar, en nuestras vidas personales, en nuestras vidas profesionales, que al final son lo mismo.Trabajemos duramente en los cambios que requerimos para atender y educar a nuestra infancia, en hacer más humano este mundo para que ellos y todos podamos vivir en justicia y con justicia social.
Que sean propicios estos días, entonces, para renovarnos y cobrar más fuerzas para continuar en el trabajo o emprenderlo hoy día.
http://www.youtube.com/watch?v=9-wLFgsu67A
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